Toda profesión nace primero como oficio. Empieza a evolucionar y
la presencia de dicha actividad en la sociedad se reviste de un estatus cada
vez más elevado hasta que adquiere el rango de profesión. Es de esta manera
como vemos que del oficio de curandero se evolucionó a la profesión de médico;
del de defensor, a la profesión de abogado, y así sucesivamente con otras
profesiones. En el caso de la profesión contable, nace como un intento práctico
de resolver problemas, y en ello estriba precisamente la justificación de la
contabilidad en la sociedad de hoy. La presencia de la contabilidad en el mundo
de los negocios actuales se convalida siempre y cuando ofrezca un servicio de
calidad a sus clientes. Ahora bien: ¿cuál servicio presta la contabilidad a la
sociedad? La contabilidad tiene como objetivo generar información útil para la
toma de decisiones de usuarios tales como administradores, banqueros,
inversionistas, dueños, público en general, empleados, autoridades
gubernamentales y otros más.
En la medida en que la contabilidad cumpla con esta premisa
fundamental, su presencia en la sociedad actual será cada vez más necesaria y
demandada.
El ejercicio profesional de la contabilidad se divide en dos
categorías generales:
·
El ejercicio profesional independiente es un área en la cual
los contadores prestan sus servicios más para el público en general que para
una sola organización. En este campo, los servicios básicos que brinda el
contador público son la auditoría de estados financieros, tanto para efectos
financieros como para efectos fiscales, desarrollo de sistemas administrativos,
ayuda en distintos problemas fiscales y asesoría en servicios administrativos.
·
El ejercicio profesional dependiente es un área en la cual
los contadores prestan sus servicios a una sola organización. De esta forma, el
contador es responsable de supervisar y asegurar la calidad de la información
financiera, administrativa y fiscal que se genera en la entidad económica para
la cual presta sus servicios, de desarrollar y proponer las políticas contables
más adecuadas para una organización, de diseñar sistemas de información y de
proporcionar a los funcionarios de la administración superior la información
contable necesaria para la toma de decisiones.
El contador, al trabajar en cualquiera de estas áreas, puede
especializarse en contabilidad financiera, de costos, impuestos, análisis
financiero, presupuestos, planeación, elaboración de sistemas de contabilidad y
auditoría. Sin embargo, en muchas organizaciones, tanto grandes como pequeñas,
puede ser necesario que el contador tenga amplios conocimientos de varias de
estas especialidades.
De las dos áreas mencionadas, la más conocida es el ejercicio
profesional independiente, que en lo fundamental comprende firmas de auditores
que emplean al contador público especializado en auditoria. Para poder ejercer
esta especialidad es necesario tener título de contador público. En México, el
gobierno federal delega en las instituciones de educación superior, reconocidas
oficialmente ante la
Secretaría de Educación Pública, la facultad de expedir el
título profesional de contador público a quienes hayan cumplido con los
requisitos académicos necesarios, quedando sujeto el ejercicio de la profesión
contable independiente al registro respectivo ante la Dirección General
de Profesiones.
Los despachos de contadores públicos se dedican principalmente a
la auditoria que consiste en revisar y comprobar los registros financieros de
una organización para determinar si se han empleado las políticas contables
correctas y si se han observado las políticas dictadas por la administración.
En los últimos años, los servicios de estas firmas han sido ampliados para
incluir especialistas en impuestos, análisis y diseño de sistemas de
información contables y servicios generales de consultoría en administración.
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